La esencia isleña de las construcciones y la tranquilidad que se respira en cada uno de los rinconcitos norteños, nunca defrauda.
El norte de Gran Canaria nos conquista continuamente. Si eres un aventurero de pura cepa y disfrutas con cada excursión, te proponemos un lugar que es pura magia.
A 14 kilómetros del pueblo pesquero de Agaete, se encuentra la joya de El Risco, un lago en el que perderás la noción del tiempo y en el que te sumergirás en el corazón de Gran Canaria.
Para poder acceder a este lago, conocido como “el charco de los mil colores”, deberás atravesar el barrio de El Risco, un pueblecito situado a 49 kilómetros de la capital grancanaria. Adéntrate sin miedo en él y disfruta del paseo por sus calles, del maravilloso palmeral y de las fincas más autóctonas de la Isla, que te guiarán hasta la entrada del barranco.
Te adelantamos que podrás dejar la brújula en casa, no la echarás de menos. A lo largo de todo el barrio, se encuentran distribuidos unos carteles que te indicarán donde comienza la aventura. Pero no temas, si careces de sentido de la orientación o eres de los que tiene que hacer un esfuerzo para no perder el coche en los aparcamientos, los lugareños te guiarán hasta la entrada.
En busca de la charca perdida
Al más puro estilo Indiana Jones y bajo la mirada constante del risco de Faneque, Tirma y el Pinar de Tamadaba, caminarás por un sendero lleno de desniveles en el que pondrás a prueba tu condición física.
Sortearás pequeñas cascadas y riachuelos y dejarás atrás unas laderas de infarto. El silencio y la brisa serán tus fieles compañeros durante esta expedición. No tengas prisa por llegar al charco y disfruta de todo lo que te ofrece este lugar.
Tras una caminata de aproximadamente 45 minutos, habrás llegado a tu destino. Toda esta zona se encuentra dentro del Parque Natural de Tamadaba y de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.
El Charco Azul es un pequeño caidero natural de unos 20 metros de altura, que esconde a sus pies una pequeña piscina natural de múltiples tonalidades. A este lago le acompañan otros más pequeños situados en la bajada del barranco. No te marches sin zambullirte en sus frías aguas dulces.
Existen razones de sobra para darte un chapuzón en este paraje, ya que sus aguas provienen de las Montañas de Tirma. Quizás sean estas montañas que lo rodean o los riscos que lo custodian lo que hacen este lugar único.
No te lo pienses dos veces y disfruta de un baño de lo más reparador, tras la caminata. Bañarse por encima de la altura del mar es todo un experimento.
Una de pescado, por favor
Si el bocadillo te ha sabido a poco y quieres disfrutar del mejor pescado en un entorno inigualable, sigue leyendo.
Una vez que hayas disfrutado del Charco Azul, te proponemos que te acerques al pueblo pesquero que se encuentra a tan solo 14 kilómetros. Agaete es conocido, además de, por su fiesta de La Rama, la cual congrega a miles de personas cada año, por el ambiente “ensalitrado” que se respira en cada una de sus esquinas y por su gastronomía.
Como buen embajador del Archipiélago, el pescado es uno de los protagonistas indiscutibles, siendo la vieja, el salmonete y la cabrilla sus máximos representantes. Una buena opción para degustarlos son las parrilladas de pescado, plato tradicional de la zona.
También, puedes deleitarte con el sancocho, una receta típica que se acompaña con papas y cebolla, aderezado con cilantro o perejil.
Si aún te queda hueco para el postre, no olvides pedir el frangollo, hecho a base de almendras, y pondrás el broche de oro a un día de película.
Jose
Me parece interesante el artículo. Habla de lugares que no conocía de Gran Canaria como el charco azul.